domingo, 5 de abril de 2015

PROTECCIÓN SOLAR.- PRIMERA PARTE: ¿DE QUÉ NOS TENEMOS QUE DEFENDER?

EL SOL


El Sol, esa gigantesca bola de gas ( 90% Hidrógeno, 10% Helio), situada a unos 150 millones de kilómetros de la tierra, y con una temperatura aproximada de unos 6000 ºC en superficie y más de 15 millones de ºC en su centro…

El Sol es fuente de energía, nos aporta luz y calor y es imprescindible para la vida en nuestro planeta. Activa la vitamina D y tiene múltiples beneficios, pero la exposición a su radiación también provoca quemaduras, cáncer de piel y envejecimiento prematuro.

Para poder protegernos adecuadamente y aprovecharnos de sus beneficios, el primer paso es CONOCER la amplitud de radiación solar a la que estamos expuestos.




LA RADIACIÓN SOLAR





La radiación solar que llega la superficie terrestre, la que no ha filtrado la atmósfera,  es principalmente: la RADIACIÓN ULTRAVIOLETA, la LUZ VISIBLE y la radiación en forma de INFRARROJOS

LA RADIACIÓN ULTRA VIOLETA


Hacemos tres clasificaciones, en función de la intensidad de su energía y de su longitud de onda:

o   Radiación UVC : Presente en lugares de gran altitud.- Se caracteriza por una alta intensidad y una baja longitud de onda. Provoca quemaduras. Nos la podemos encontrar haciendo escalada y en lugares altos y nevados.

o   Radiación UVB: Presente en la superficie terrestre, se caracteriza por una menor intensidad que la C, y una longitud de onda mayor, por lo que penetra a nivel de epidermis, siendo la radiación principalmente causante del cáncer de piel, fotosensiblidad y quemaduras solares. Es la causante de estimular el proceso de MELANOGÉNESIS (bronceado), como mecanismo de defensa natural de la piel.

o   Radiación UVA: Llega también a la superficie terrestre, pero con una menor intensidad que la UVB y una mayor longitud de onda, lo que la permite alcanzar capas más profundas de la piel, como la dermis. Es la causante de la alteración de las proteínas de sostén de la piel (colágeno, fibras, etc..), y por lo tanto, la causante del fotoenvejecimiento. Provoca sensibilidad solar (alergias) y una pigmentación inicial o “falso bronceado”, caracterizado por un color de piel apagado y cetrino.





LA LUZ VISIBLE Y LOS INFRARROJOS



 Luz visible: es gracias a la cual distinguimos los colores desde el de mayor intensidad (azul) hasta el de menos (rojo). Es responsable de la estimulación metabólica y provoca la oxidación , aumentando los radicales libres, responsables de la oxidación y el envejecimiento prematuro.

Infrarrojos: Hasta ahora las radiaciones que hemos comentado son “silenciosas”, no producen calor, y no notamos que las estamos recibiendo… los infrarrojos sí producen calor, y la consiguiente vasodilatación, por lo que provocan la debilitación de los capilares. También aumentan los radicales libres.


RESUMEN


Si bien es cierto que la luz visible y los infrarrojos son filtrados por las nubes, estas nunca son capaces de filtrar el resto de energías U.V., por lo que incluso en días nublados, las recibimos de igual manera.

La radiación UVB  es la causante de quemaduras y de cáncer de piel

La radiación UVA y la LUZ VISIBLE: provocan fotoenvejecimiento y sensibilidad.

El factor clave para identificar la radiación solar que recibimos es LA INTENSIDAD DE ENERGÍA QUE VAMOS A SOPORTAR en cada momento del día, o del año.

El bronceado (producción natural de melanina) es la protección natural de nuestra piel, frente los riesgos de las diferentes radiaciones.


RECUERDA: el primer filtro solar debería ser la propia conciencia del ser humano....


continuará.........



Milagros Barrero

CENTRO LA ISLA
Paseo de la Isla, 10 bajo.- 09003 Burgos

947256395.- info@centrolaisla.com




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