EL SOL
El Sol, esa gigantesca bola de gas ( 90% Hidrógeno, 10%
Helio), situada a unos 150 millones de kilómetros de la tierra, y con una
temperatura aproximada de unos 6000 ºC en superficie y más de 15 millones de ºC
en su centro…
El Sol es fuente de energía, nos aporta luz y calor y es
imprescindible para la vida en nuestro planeta. Activa la vitamina D y tiene múltiples
beneficios, pero la exposición a su radiación también provoca quemaduras,
cáncer de piel y envejecimiento prematuro.
Para poder protegernos adecuadamente y aprovecharnos de sus
beneficios, el primer paso es CONOCER la amplitud de radiación solar a la que estamos
expuestos.
LA RADIACIÓN SOLAR
La radiación solar que llega la superficie terrestre, la que
no ha filtrado la atmósfera, es
principalmente: la RADIACIÓN ULTRAVIOLETA, la LUZ VISIBLE y la radiación en forma de INFRARROJOS
LA RADIACIÓN ULTRA VIOLETA
Hacemos tres clasificaciones, en función de la intensidad de su energía y de su
longitud de onda:
o
Radiación UVC : Presente en lugares de gran
altitud.- Se caracteriza por una alta intensidad y una baja longitud de onda.
Provoca quemaduras. Nos la podemos encontrar haciendo escalada y en lugares
altos y nevados.
o
Radiación UVB: Presente en la superficie
terrestre, se caracteriza por una menor intensidad que la C, y una longitud de
onda mayor, por lo que penetra a nivel de epidermis, siendo la radiación principalmente
causante del cáncer de piel, fotosensiblidad y quemaduras solares. Es la
causante de estimular el proceso de MELANOGÉNESIS (bronceado), como mecanismo
de defensa natural de la piel.
o
Radiación UVA: Llega también a la superficie
terrestre, pero con una menor intensidad que la UVB y una mayor longitud de
onda, lo que la permite alcanzar capas más profundas de la piel, como la
dermis. Es la causante de la alteración de las proteínas de sostén de la piel (colágeno, fibras, etc..), y por lo tanto, la causante del
fotoenvejecimiento. Provoca sensibilidad solar (alergias) y una pigmentación inicial o “falso bronceado”, caracterizado por un color de piel apagado y cetrino.
LA LUZ VISIBLE Y LOS INFRARROJOS
Luz visible: es gracias a la cual distinguimos
los colores desde el de mayor intensidad (azul) hasta el de menos (rojo). Es
responsable de la estimulación metabólica y provoca la oxidación , aumentando
los radicales libres, responsables de la oxidación y el envejecimiento prematuro.
Infrarrojos: Hasta ahora las
radiaciones que hemos comentado son “silenciosas”, no producen calor, y no
notamos que las estamos recibiendo… los infrarrojos sí producen calor, y la consiguiente
vasodilatación, por lo que provocan la debilitación de los capilares. También
aumentan los radicales libres.
RESUMEN
Si bien es cierto que la luz
visible y los infrarrojos son filtrados por las nubes, estas nunca son capaces
de filtrar el resto de energías U.V., por lo que incluso en días nublados, las
recibimos de igual manera.
La radiación UVB es la causante de quemaduras y de cáncer de piel
La radiación UVA y la LUZ VISIBLE: provocan fotoenvejecimiento y sensibilidad.
El factor clave para identificar la radiación solar que recibimos es LA INTENSIDAD DE ENERGÍA QUE VAMOS A SOPORTAR en cada momento del día, o del año.
El bronceado (producción natural de melanina) es la protección natural de nuestra piel, frente los riesgos de las diferentes radiaciones.
RECUERDA: el primer filtro solar debería ser la propia conciencia del ser humano....
continuará.........
Milagros Barrero
CENTRO LA ISLA
Paseo de la Isla, 10 bajo.- 09003 Burgos
947256395.- info@centrolaisla.com
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